El origen del Castillo de Alboer no es bien conocido aunque se le considera hermano de los de Oreja y Alharilla, de origen musulmán fue pasando de manos cristianas a moras y viceversa durante parte de la contienda de la Reconquista. Citado ya en documentos de 1099 se mantuvo en pie hasta bien entrado el siglo XV. Fue durante la Guerra de Sucesión de Castilla (1474-79) entre las hermanas Isabel y Juana cuando Pedro Manrique, Conde de Osorno y partidario de Isabel conquistó y destruyó el castillo. En las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575) se describe al castillo como ruinas.
Sin embargo existe otra historia (leyenda) que narra la destrucción del castillo, es la siguiente, y lleva por nombre La Leyenda de la Encantada:
Corrían los tiempos de la Reconquista durante los cuales era Rey de Castilla Alfonso VII (1105-1157). El Señor de Aurelia, un joven y apuesto caballero iba a reunirse con el Señor de Alboer en el castillo de éste último para planificar conjuntamente la defensa del territorio ganado a los moros. En el castillo de Alboer conoció a Juliana, hija del Señor de Alboer y famosa por su gran belleza. Ambos se enamoraron y el caballero prometió a su amada que antes de la Noche de San Juan volvería a su castillo para casarse con ella. Llegado el día Juliana estuvo preparando su castillo para la fiesta, y se retiró a su habitación para esperar la llegada de su amado, donde se peinaba con un peine de oro regalo de su padre años atrás.
La noche había caído y no había noticias del Señor de Aurelia, éste cogió un sendero más peligroso por los desfiladeros de la zona para burlar a una avanzadilla mora replegada por la zona. Una tormenta empezó a desatarse y el padre de Juliana partió en su busca, temiendo que se hubiera encontrado con algún peligro. Juliana quedó sola en el castillo ansiosa y desesperada por la tardanza en llegar de su padre y de su amado, peinándose cada vez más aprisa por el nerviosismo desatado. En esto que llamaron a la puerta fuertemente, y Juliana pensando que eran noticias abrió la puerta ella misma, al abrir se topó con una gitana con su hijo moribundo en brazos que pedía desconsoladamente ayuda al castillo, Juliana en vez de ayudarla la increpó y la echó de malos modos de su puerta; la gitana insistió dos veces más, la última vez Juliana empujó a la gitana tirándola al suelo gritando que se fuera al infierno con su hijo. La gitana levantándose del suelo y mirando fijamente a la chica dijo:
«Bien quiera Dios que mi hijo salve su vida esta noche porque de no ser así maldigo a este castillo, el cual desaparecerá quedando solo las ruinas, igualmente te maldigo a ti, que desaparecerás con el hasta que un caballero de armadura blanca venga a buscarte en una noche de San Juan, hasta entonces te condeno a desaparecer y errar hasta la eternidad»
Dicho esto el niño expiró y la gitana levantando su hijo en dirección a los cielos clamó justicia a su maldición, la tormenta se incrementó, las brumas se hicieron con la zona y los rayos y relámpagos redujeron a ruinas el castillo. Al ver lo que sucedía Juliana se arrodilló pidiendo perdón por su culpa. Momentos más tarde un soldado se acercó a Juliana con una tremenda noticia, el Señor de Aurelia se perdió por el desfiladero al no ver la silueta del castillo, y su caballo al asustarse de un rayo se precipitó por el desfiladero llevándose a su jinete hacia el fondo del barranco. Una capa ensangrentada con el blasón del árbol, armas de Aurelia, era la prueba de su final.
Así pues, Juliana quedó maldita a errar para siempre y solamente puede ser vista durante la noche de San Juan peinándose el cabello junto a uno de los muros de las ruinas del Castillo de Alboer, esperando que algún caballero la libere de su castigo.
Para acceder al Castillo de Alboer hemos de tomar la carretera TO-2530 dirección Villamanrique de Tajo, y poco después del P.K. 10 tenemos un camino que sale a nuestra izquierda, podemos dejar nuestro vehículo en la entrada del mismo y continuar a pie hasta el castillo. A los pies del mismo, junto al camino y justamente en frente de la gran ventana de la fortaleza tenemos una cueva que tiene pinta de haber sido utilizada como bodega, algunos dicen que es la Cueva de la Encantada, donde Juliana espera encerrada hasta la noche de San Juan, cuando sale de ésta para esperar a su deseado caballero.
Texto extraído del libro: Guía Mágica. La Mesa de Ocaña
Antonio Martín Asperilla